No sé si sabrás, pero nunca pude resistir el deseo de llamarte a mi lado. Cogerte de la mano, llevarte bajo la luna como si fuese el humo del cigarrillo, algo que es parte de una bajo la misma luz azul.
Que olerte,o hablar contigo se volvía una tarea demasiado bonita. Demasiado lindante con la Obra Pía. Alomejor todo esto no es más que la nostalgia del paraíso terrenal, una idea de pureza (pureza ética, claro), sólamente que la pureza venía a ser un producto inevitable de la simplificacion de lo que pudiera llamar casa. Pureza como aquellos sonidos con corazón, no la pureza de oh maría madre mía con los pies sucios. Pureza de techo de pizarra con palomas que naturalmente cagan en las cabezas de las señoras frenéticas de cólera, pureza de.. Shh niña, niña!!
Pureza.
Horrible palabra: primero puré y luego za, date un poco cuenta..
Entender el puré como una epifanía. Entender, No inteligir: entender.
Una sospecha de un paraíso recordable: No puede ser que estemos aqui para no poder ser. ¿Brisset? El hombre desciende de las ranas..
Venga, seamos serios (No, no se puede, no puedo. Me pierdes, me pierdo..)
Pero qué lindo te veías bajo las luces azules y rojas.
Entender tu cuerpo, tu mirada, tus gestos; entenderlos no como símbolos de otra realidad quizá inalcanzable, pero sí como potenciadores (qué lenguaje, qué impudor), como exactamente líneas de fuga para una carrera a la que hubiera tenido que lanzarse en ese mismo momento, despegándose de la piel esquimal tan maravillosamente perfecta y perfumada, aun sabiendo que el olerla o acariciarla eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, que yo andaba fuera de mí, como mas tú. Más casa que calle, más animal que hombre..
Entonces empecé a comprender, me di cuenta de que tú eras mucho más que palabras.